
Hace ya algunos años, más de 30,
José Antonio Labordeta compuso una canción que se hizo muy popular por la época llamada
Canto a la libertad. El estribillo de esa canción decía asi:
Habrá un día en que todos
al levantar la vista
veremos una tierra
que ponga LIBERTAD.
Y hoy, como muchas veces, la venía escuchando en el coche, porque entre otras cosas es una de mis canciones preferidas y, también, porque, aunque pueda parecer lo contrario, me rejuvenece. Porque yo soy de los que piensan que la juventud no siempre está en la edad, ni en los cuerpos, por muy juveniles que parezcan. Las ideas, los valores, los pensamientos, las ilusiones son los motores que impulsan la juventud.
Ya sé que está afirmación puede ser tomada por mucha gente como una escapatoria a las personas de mi edad, pero no me importa y, desde luego, cuando releo y pienso en
la letra de esta canción creo que queda mucho por recorrer para llegar a esa tierra que ponga LIBERTAD.
Porque creo que hoy más que nunca es preciso reivindicar la libertad. No voy a negar que nuestra sociedad ha avanzado mucho en su conquista. Pero no podemos olvidar, que queda mucho para alcanzar una libertad verdadera.
Mientras existan personas que mueren de hambre, tanto
fuera de España como
dentro de España, no hay libertad; mientras haya justicia que sea más justa para el que más tiene, no hay libertad; mientras se emplee la violencia para resolver los problemas, no hay libertad; mientras la gente sea detenida por pensar diferente, no hay libertad. De esta manera podíamos seguir con una lista interminable de fracasos sociales e individuales, pero en este momento concreto me parece más evidente hacer un repaso a lo más cercano.
En nuestra tierra, ¿cómo podemos hacer visible esa falta de libertad? Valgan estos elementos: mientras haya personas que tienen que irse de sus países para alimentar a su familia, no hay libertad; mientras que muchas familias de nuestros pueblos ven como pasan los días y las semanas y no consiguen un trabajo digno, no hay libertad; mientras que exista violencia hacia las mujeres y no se haga casi nada para impedirlo, no hay libertad; mientras se provoque
el miedo por exigir los derechos de los trabajadores y las trabajadoras, no hay libertad; mientras exista gobierno, como el de nuestro pueblo, que no permite el cauce de la consulta para la expresión popular, no hay libertad; mientras que haya gobernantes que quieren imponer sus ideas y/o intereses por encima de la voluntad de los demás, no hay libertad.
En definitiva, mientras los derechos fundamentales de las personas no sean tenidos en cuenta, no habrá libertad. Además la falta de libertad provoca violencia y justificación de la misma, abandono de las obligaciones y justificación del malhacer de los gobernantes.
Tendremos que seguir trabajando para que "al levantar la vista" veamos una tierra que ponga LIBERTAD y para ello trabajan muchas personas.